viernes, 20 de agosto de 2010

La Metamorfosis

Entra al departamento, las llaves en el comedor; el suelo recibe la tolerancia junto al moño torturador; el botón se desprende de su ojal, veinte kilos más la preocupación aparentista se escapan esta vez; los zapatos olvidados en la alfombra yacen inmóviles, y a su lado, el qué pensaran; las medias arrugadas caen, con ellas, la aceptación de la constitución social masculina; su mano abandona el anillo cargado de tradición superficial; las lágrimas borran el escudo de sus opiniones. Detiene sin preocupación su lucha con la gravedad. Se ha transformado al fin en lo que todo el día intentó ser.

Rancagua, 24 de Julio de 2003

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