viernes, 4 de marzo de 2011

La defensa de Misha

A MISHA le contaron de otra forma la Defensa del poeta, esa defensa llena de pura indignación pura, de verdades reprobadas por algunos, pero bien dichas y escritas.
Mientras sus ojitos se hacían cada vez más negros por la atención, descurbió que él era su padre, que él era su defensor.



"Por qué te entregas a esa piedra
Niño de ojos almendrados
Con el impuro pensamiento
De derramarla contra el gato.
Quien no hace nunca daño a nadie
No se merece tan mal trato.
Ya sea blanco y pensativo
Ya melancólico y naranjo
Debe ser siempre por el hombre
Bien distinguido y respetado:
Niño perverso que lo hiera
Hiere a su padre y a su hermano.
Yo no comprendo, francamente,
Cómo es posible que un muchacho
Tenga este gesto tan indigno
Siendo tan rubio y delicado.
Seguramente que tu madre
No sabe el cuervo que ha criado,
Te cree un hombre verdadero,
Yo pienso todo lo contrario:
Creo que no hay en todo Chile
Niño tan malintencionado.
¡Por qué te entregas a esa piedra
Como a un puñal envenenado,
Tú que comprendes claramente
La gran persona que es el gato!
...
Piénsalo bien y reconoce
Que no hay amigo como el gato,
Adonde quiera que te vuelvas
Siempre lo encuentras a tu lado,
Vayas pisando tierra firme
O móvil mar alborotado,
Estés meciéndote en la cuna
O bien un día agonizando,
Más fiel que el vidrio del espejo
Y más sumiso que un esclavo.
Medita un poco lo que haces
Mira que yo te estoy mirando,
Di a Nicanor que te perdone
De tan gravísimo pecado
Y nunca más la piedra ingrata
Salga silbando de tu mano."

Una vicita en homenaje al gestor y al contenido vicitado, sin vienesa, claro, pues ya no vienes a... a... a... aquí.

No hay comentarios: