sábado, 12 de marzo de 2011

Alas Alfa

ALARGADA la expresión del que espera que lo que está viviendo no es definitorio, que es solo el paso intermedio entre hoy y el dia en que las cosas empiezan a ser como se supone que deben ser, ignorando deliberadamente que no hay tal cosa como un sueño prometido, que no existe el derecho a ser feliz, mucho menos la garantía, que aquél del que uno se compadece puede ser uno y no le día de mañana, sino que ahora mismo, mientras se escribe la palabra autocompasión.



Alambrada la vecindad del barrio de la desolación, sobretodo cuando uno recién se ha mudado. Cuesta salir a pasear, contanimarse a levantarse y recorrer porque sí, respirar hondo y creerse el cuento que nada es tan malo como parece, saludar a través del alambre al vecino por difícil que parezca que éste pudiera saludar de vuelta, recoger el pedazo de periódico o diario o semanario o nadiesabenario que llegó volando desde el exterior y querer leerlo, cual si fuese al esperanza del prisionero del gueto que sólo quiere salir. Mirar hacia arriba y notar que es solo un alambre que es mucho más fácil de derribar que al hambre.

Alharaca vergonzosa el creer que uno importa, el creer que uno siente, el creer que esto es dolor. Comparado con aquel otro o aquella una, esto no amerita ni mil palabras es un espacio libre, abierto pero olvidado. Es una lujosa pérdida de tiempo, una grosera forma de desperdiciar la paciencia de los que sienten de verdad, un abuso de la inequidad para obviar, incluso si es solo por unos días, una verdad que es bastante menos atractiva que la de creerse uno más, con derecho a sentir pena por haber perdido un reloj.

Alarmada la respuesta ante la perspectiva de un corto plazo solitario e incierto y de un largo plazo aún más incierto, por tanto, quizás aún más solitario.

Alabanza inapropiada para el bueno, para el malo y para el feo.

Alasala los temores, los rencores, los pormenores.

A la cama la calma.

A la larga, las ganas ganan.

A la ...

¡Alakazam!

2 comentarios:

Eärendil dijo...

Alabada seas tú, mi querida Sofía.

Diego Fredes? dijo...

A la cama... que es tardecito para un principito a catorce días de la primavera.