Del mismo modo en que los llanquihues lo han propuesto en el mundo de la ciencia ficción a través de la pantalla grande, se puede dudar de la veracidad de una coincidencia.
Todos los días, en cada detalle uno puede omitir a relación de todo con algo, de algo con todo o simplemente de algo con alguna otra cosa, o bien descubrir -para algunos- y construir -para otros- un patrón detrás de aquello. Sin que esto signifique la común confusión entre patrón y predicción, destino o profecía.
Yo he encontrado varios, los aprecio y ordeno con una prolijidad adictoide y cuando se me da la gana creo fervientemente que los descubrí, así como hay momentos en los que lamento admitir, sin ausencia de orgullo fanático, que los he construido.
En este exclusivo mundo de las ideas testarudas y voluntariosas, el patrón no oprime, pues no posee más que la capacidad de hacer volar por breves minutos la expectativa de un más allá o, por qué no, de un aquí un tanto más distinto. Aquí el patrón defiende y protege este deseo tanto infantil como senil y ya no es amo, pero ama.
Sin embargo, esos instantes no pueden durar mucho, mucho menos una eternidad, pues hay contratos que cumplir los que jamás contemplan la existencias de aquellos patrones y alaban, por el contrario, el desabrido respaldo científico de las coincidencias. De esta forma, se retorna a las convenciones, se pierde niñez e ingravidez, pero no para siempre. Así pues, y precisamente así, se despide el patrón: "boy y vuelo".
Cultura Sofista
lunes, 6 de julio de 2009
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2 comentarios:
Estimada(o):
Te apuesto a que esto lo sacaste del libro "Veintisiete viajes por la Antología Sofista" de Diego Fredes. Editorial Paleta y Canaleta, año 2009.
Debes vi-citarlo, o si no, te acusarán de plagio.
Patrones de todos los países...¡uníos!
Te apuesto PDF
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