Recordando tiempos de juventud, encontró la imagen de una antigua profesora, la inspectora del colegio; esctricta, rigurosa y muy compuesta, perfectamente, se trataba de la profesora Norma. La recordó debido a un chiste que ella contó en una de sus visitas a las salas de clases, que relataba la historia de un niño que miraba el aire peñiscándolo de vez en cuando, a quien un amigo le pregunta que qué es lo que hacía, a lo que responde 'estoy cazando tutututus', ¿y qué son los tutututus? continúa el otro, 'no sé, aún no he cazado ninguno'.
Se trata de un chiste simple y la gracia se la asigna quien lo escucha a voluntad propia. Sin embargo, hoy se encontró valorando el esfuerzo que tuvo que hacer la profesora Norma para salir de su estricta compostura y contar un chiste, todo sólo para hacer a esos niños reir. Y es aquí cuando surge la pregunta ¿Cuál es el objetivo de alguien al contar un chiste?. La respuesta existe pero no es única.
En primer lugar, uno puede pensar que se trata de un gesto noble por hacerle un bien a los demás, porque reír es agradable, saludable y aliviante. Pero quizás el humorista más allá de este efecto inicial valora la retribución que tendrá posteriormente, ya sea dinero, favores o una sonrisa, y en ese caso ya no es una acción tan noble, sino, más bien, interesada.
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