martes, 11 de diciembre de 2007

El Golpe Maestro del Fabuloso Leñador

Sr. Fredes, ¿Qué ocurrió con el Pater leñador?

Llegó la hora del golpe.


¿Cuánto demora aquel golpe en cumplir con su labor?
Tres años, Diego, tres años.

Continuará...

sábado, 8 de diciembre de 2007

Oye, mira. Me huele a que te toca el que te gusta

Curiosamente contradictorio es que se hable del poco sentido que tienen oraciones del tipo "Oye, mira" o "Mira, huele" tan comunes y coloquiales en el lenguaje del buen entendedor con pocas palabras.
Y lo digo porque precisamente son algunas de las pocas frases que tienen, efectivamente, algún sentido o algunos sentidos más bien dicho refieriéndonos a las dos mencionadas.
¿Qué sentido tiene decir "Te equivicas, Diego" por ejemplo? Ninguno.
No, al menos, en nuestro arbitrario contexto.

Realmente lo siento.

Continuará...

Efectivamente

Only a few of the free citizens of Countville, no more than four or five, while trying to fix a lady's car, were pathetically fibben, as it would be their fate, by a small kid who swam incredibly fine on the dirty fen near the road that, in one way, lead to nowhere.

Continuará...

jueves, 6 de diciembre de 2007

Notable prescindibilidad titular

Continuará...

miércoles, 31 de octubre de 2007

Confabuladores

Odiaba ser confundido. Odiaba ser saludado tan afectuosamente por extraños. Odiaba recibir buenas notas que no eran para él.
Fue a la peluquería del frente, al supermercado y también a la zapatería.
Camino a la escuela, se encontró comprando chocolates en el almacén de la esquina.
-¿Qué hago comprando chocolates?- le dijo.
-Pues, eso es lo que debiera estar haciendo.
Le creyó. Él era Diego. Les dio la razón.
Al día siguiente continuó atendiendo el videocentro más cercano.

Continuará...

jueves, 25 de octubre de 2007

Conversación casual sin causa ni consecuencia

-¿Disfrutando del partido?
'Es mejor entero'.
-¿De qué me entero?
'De la entereza de Teresa'
-No me interesa.
'Es que me coquetea. Te apuesto'
-¿Apuesta?.
'No'.
-Y, ¿algo pasa?.
'No, más bien joven'.
-¿Cómo?.
'Sólo la ensalada'.
-Y se llama...
'En absoluto, es del sur'.
-Mmm, creo que ya entiendo, ¿disfrutando del partido?

Continuará...

martes, 16 de octubre de 2007

Ideas Faumérrimas

Se dice por ahí que la Real Academia de la Lengua poca importancia tiene para
los efectos del habla castellana en latinoamérica. Que han dejado de dominarnos hace 100 años, que su opinión sobre nuestros conceptos está obsoleto y que no debe ser atendido.
Tales cosas se dicen por ahí. Mas por acá nos entretiene observar el trabajo detrás de este diccionario de la Lengua de 2, 10, y cuántos tomos que han salido desde... desde.
Entre palabra y palabra se descubre la siguiente:

fome.

1. adj. Chile. Aburrido, sin gracia.

Idea no afin a esta palabra en otras localidades latinas de habla hispana.
¿Será un nuevo motivo para sentirnos orgullosos? ¿Será tal la falta de gracia que tenemos que, de acuierdo a ésta, se haya creado especialmente este concepto para describirla? ¿Somos los fomes por excelencia?.
Probablemente no.
Mas, lo que interesa es que, según las reglas estrictas que definen el lenguaje, este compañero de letras carece de un supelativo.
Y no es que algo no pueda ser excesivamente fome- ejemplos hay muchos-, sino que no se le ha creado el texto pues no suele necesitarse una palabra para aquello.
Sin embargo, los comunicativos humorísticos, que han estado más cerca de lo fome porque, precisamente, forma parte de ellos, más allá de la necesidad, han llegado a la satisfacción de bautizar el concepto.
Por supuesto que no se les adjudica el mérito, pues no ha sido auténticamente creado de la nada, como todo. Sino que ha sido la lógica secuela de una serie de superlativos anteriores y de mucho menor contundencia calificativa.

"Sr. Fredes temo decirle que su idea es faumérrima".

Continuará...

viernes, 12 de octubre de 2007

El cuarto del primo Segundo

El tío Julio nunca estaba para darnos la bienvenida cuando llegábamos a su casa. Siempre debíamos esperar una hora antes de poder bajar nuestras dos maletas en un dos por tres, es decir, en un seis.
En aquel lugar las cosas tenían un orden bien estricto: Lo primero era saludar a Segundo, su primer hijo. Luego debíamos saludar al segundo primo, Agusto. Lo tercero, era dejar las cosas en el cuarto del primo Segundo. Lo cuarto, era dormir en el tercero del segundo primo.

Aquí lo primero es lo primero, lo segundo lo segundo, lo tercero lo tercero y lo cuarto al cuarto.
Menos mal que es Octubre: Bienvenidos.

Continuará...