martes, 27 de noviembre de 2012

Subsociedad



ENTRE tanta coincidencia, casualidad, patrones y literatura, ya he dicho dieciocho veces que reconozco en ellas una excusa perfecta para soñar, pero que desconozco en ellas una razón para evitar sobreponerse a la decepción.

Sin embargo, reafirmo mi apasionada defensa reivindicativa sobre su destreza para anunciar porvenires y definir mejor que nadie lo que nos rodea. Cosa que la sinceridad ha fracasado realizar con maestría; cosa en la que la seriedad se ofusca, se limita, por vetusta y machista; cosa a la que la ciencia -ya sea social, exacta o natural- se dedica desde su origen y se pierde en la metodología y en los delirios de grandeza, y se ve superada por la poítica tanto más que por nuestra querida y deliberada ficción.

No hay mucho más que agregar. Ni las ecuaciones diferenciales de segundo orden, ni los centros de gravedad, ni los neurotransmisores, ni los metales alcalinos, ni el sicoanálisis, ni el marxismo, pueden modelar tan bien a los miembros de esta subsociedad, como lo hace un simple anagrama, describiéndonos tal y como somos:

Desubicados.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Desde mi punto de vista, ustedes son los alienígenos. No, perdón. Los desubicados.

Diego Fredes? dijo...

?