jueves, 4 de diciembre de 2008

Elocuente deshición asumida de quien de a poco se enfrenta a la vida

Podría pensar en la justicia y tatar de conquistarla; podría exterminar la discriminación y emancipar la autenticidad; podría autocriticar la banalidad y la irreflexiva inconsecuencia del luchador; podría valorar la estética imaginiaria y despreciar la evidente; podría absolutizar el respeto y enriquecer el derecho; podría cuestionar la existencia y avocarme al placer; podría atacar la opresión exponiendo al opresor; podría empatizar con la debilidad, haciéndome fuerte; podría desgeneralizarlo todo en defensa propia; podría versar y palabrear; podría exigirle a la vida algo más que la vida en sí misma; podría repudiar la sobresensibilidad, la antítesis de la honestidad; podría odiar lo más amado y amar lo más odiado; podría desafiar la vacuidad de mi propia cultura; podría estimar el mérito y ridiculizar la herencia; podría apabullar la mediocridad por el bien de la creatividad; podría conocerme a mi mismo para no ser mi futuro enemigo... pero no hoy. Hoy solo me queda existencia para suplantar la soledad que te acompaña.

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