Siempre ahí cuando no se le llama, siempre presente cuando menos se le quiere, fisgoneando, husmeando, interrumpiendo con un desatino exacerbado.
Cultura Sofista
lunes, 29 de noviembre de 2010
Always in betwin...
lunes, 22 de noviembre de 2010
Contemple el a cero
Así como en el reino de los ciegos, el tuerto es rey, luego de tantas derrotas abominables un empate llega como un glorioso y anhelado trinufo. Le devuelve un poco el alma al cuerpo, alejándonos cada vez más de Inés Mesa, logrando una independencia fría, desabrida, sin sentido pero sosegada. Cual Universidad del Estado que luego años de inestabilidad por el desdén e indiferencia recibida por parte de aquél, logra nivelarse en números azules mediante la privatización.
Al fin y al cabo, solo sabemos que en el reino de los Diegos, el muerto es gay. Y el tuerto también.
lunes, 8 de noviembre de 2010
Proyecto 666
Como seres humanos tenemos infintas áreas de desarrollo las que van en beneficio o perjuicio de nuestras propias proyecciones.
Para las magnitudes de naturaleza, vida y existencia que hay en el Universo somos absolutamente irrelevantes. Para el orden universal la muerte de un ser humano pasa completamente inadvertida. Por eso es que no le adjudico mayor importancia, mucho menos mística, al filtro del detalle de mi propio exterminio. No es intuición, es conocimiento. Son seis años en cuenta regresiva, una broma para el planeta pero una urgencia en nuestros términos.
En una sociedad indignantemente desigual con una esperanza de vida que bordea los ochenta años, no me voy a permitir el lujo de dedicarme a la vida social si cuento sólo con el trece porciento de ella. Renuncio, pues, a la familia, a la amistad y al amor, quedando nada más que el trabajo concentrado en seis ideas tras seis proyectos en seis años.
No debe ser una limitante del trabajo la espectativa personal sobre los resultados. Es nuestro deber como privilegiados concentrar los esfuerzos en avanzar por el camino hacia lo que puede o no llegar a ser un aporte, el que depende de nuestras capacidades mucho más que de nuestras intenciones.
De este modo, sin mucho que ofrecer, sólo me queda esperar "que la reseca muerte no me encuentre vacío y solo sin haber hecho lo suficiente...".